domingo, 23 de enero de 2011



Henry González Ferrandiz, descendiente de asturianos, cubano de nacimiento, residente que fue en la República Argentina y ciudadano de los Estados Unidos, posee una solida formación cristiana, como pone de relieve en este mensaje que ha enviado para mudemo.es. Dice lo siguiente:
Saludos desde los Estados Unidos. Nosotros de este lado del Océano Atlántico nos unimos con todos ustedes en España en nuestras oraciones para la beatificación y canonización de los Siervos de Dios Ángel Muñoz de Morales Sánchez-Cano y de Don Eustaquio Nieto y Martin.
El siglo pasado fue lleno de persecuciones de cristianos y especialmente de católicos por casi todos los continentes del mundo. España, por supuesto, pero también en México, Alemania, China, El Salvador, Algeria, Pakistán, Uganda y el Sudan. Pero a pesar de todas esas persecuciones y de todos esos martirios, nuestra religión y nuestra Iglesia continua – el Cuerpo de Cristo continua – y en muchos continentes y países crece rápidamente.
El mensaje de nuestra Iglesia es sencillo pero comprensivo. Nuestro Señor Jesús dijo que El es el Camino, la Verdad y la Vida. Y la Verdad es amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y todas nuestras fuerzas, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. No existe otro mandamiento mayor que éstos. Nada complicado el mensaje. Es un mensaje de amor y de toleración, no de odio.
Así que oremos para el Siervo de Dio Ángel Muñoz de Morales Sánchez-Cano y para todos los mártires de España. Posiblemente ellos no hayan sido personas extraordinarias. Salvo que ellos tuvieron Jesús en el centro de sus vidas y lo exhibieron públicamente. Oremos también que sus martirios no hayan sido en vano y que nosotros hoy en día sigamos el ejemplo que nos dieron de tener a Dios como el centro de nuestras vidas y que sigamos amando a Dios y a nuestros prójimos. No tenemos que ser mártires para modelar el mensaje fundamental de nuestra fe, pero si tenemos que tener la fe y vivirla.
El precio de la libertad es la vigilancia eterna. Eso dijo uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, Thomas Jefferson. Nos habituamos a pensar que la persecución de nuestra fe y que los martirios son una cosa del pasado y que no ocurre hoy. Pero siguen las persecuciones. El domingo 31 de octubre de 2010, después de celebrar misa en la Catedral Siríaca Católica en Bagdad, 100 rehenes fueron tomados y 58 resultaron muertos. Y en Noche Vieja en Alejandría, Egipto, 20 muertos resultaron de una bomba-carro delante de una iglesia Ortodoxa Cóptica. Así que sirvamos de modelos teniendo a nuestro Señor como el centro de nuestra vida, como lo hizo Ángel, oremos por él y por su canonización, pero oremos también para nuestros hermanos y hermanas que sufren hoy de la misma persecución que ellos, de ser Cristianos y Católicos, y oremos que tengamos la fuerza de esa vigilancia eterna, con la ayuda de Dios.
Henry González Ferrándiz
Alejandría, Virginia, Estados Unidos

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