martes, 13 de septiembre de 2011

ASÍ COMENZO EL MARTIRIO

El domingo 19 de julio de 1936 no se celebraron cultos públicos en las Iglesias de Almadén. En las primeras horas de ese día Ángel se dirigía a la Iglesia de San Juan muy cerca de la casa en la que vivía y de disponía a abrir la Iglesia y a preparar la Misa que habría de celebrar a las nueve de la mañana. Pero en su corta trayectoria fue interrumpido por un individuo que le arrebató las llaves que llevaba en la mano y le conminó a que retrocediera hasta su casa…¡¡¡ Ya no hay Misas..!!! gritó ….

A partir de aquel momento Almadén solo hablaba con Dios en silencio. No hay relatos fiables sobre cómo se vivieron aquellos días….en particular las personas que se estremecían con las noticias que continuamente llegaban sobre lo sucedido en Puertollano, Ciudad Real, y los cercanos pueblos cordobeses El Viso, Santa Eufemia, entre otros……. No es difícil suponer el ambiente…Los cuatro sacerdotes residentes en Almadén no salían de sus casas, y no tiene nada de extraño que permanecieran recluidos en ellas esperando la llegada de….

.Al principio, en un continuo sobresalto…Luego confiando en la Misericordia Divina y pidiendo a Dios fortaleza para afrontar lo que pudiera venir….

Y así transcurrieron dos meses que hubieran sido totalmente angustiosos sino hubieran estado fortalecidos por su propia fe y por los ejemplos de tantos sacerdotes de otras localidades cuyos testimonios en sus martirios lejos de asustarlos fortalecían su ánimo con su ejemplo.

Por fin el viernes 18 de septiembre, a las cuatro de la tarde llamaban a la puerta de la casa nº 9 de la calle de Cervantes. Abierta la entrada el cabecilla de un grupo de individuos demandó : “El cura, El cura….que salga que nos lo llevamos” Angel obedeció y salió.

Y allá se lo llevaron… Fue recluido en la cárcel, como un vulgar delincuente. Así comenzaba su martirio….

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