lunes, 22 de noviembre de 2010

28 octubre 2007, Beatificación de 498 mártires españoles

El sacerdote de la Parroquia de Ntra. Sra. de las Angustias, de Madrid, D. Jaime Fernández, con ocasión de una Eucaristía celebrada el domingo 28 de octubre de 2007, cuando en Roma se beatificaba a 498 mártires españoles víctimas de la persecución religiosa del siglo XX, pronunció una homilía cuyo guión nos ha facilitado y de la cual entresacamos los siguientes párrafos:

La Beatificación es Memoria, Profecía y Presencia. Celebramos hoy la esperanza cristiana y el perdón, celebramos la Salvación que es primariamente reconciliación. . La memoria histórica no existe. Sólo hay memoria personal, y con frecuencia, mala memoria.
El reconocimiento y el honor debido a los que murieron por la fe no es un revisionismo histórico sino la constatación permanente de que al que quiere ser buen cristiano le espera la Cruz.
La lglesia busca la verdadera reconciliación que consiste en llamar y convocar a todos sin ninguna excepción. Llama y convoca a todos a celebrar la memoria de aquellos mejores hijos de la lglesia que fueron testigos de Cristo y murieron perdonando a sus verdugos.
. La lglesia, y el Papa con su autoridad, no beatifica o canoniza a las víctimas de la guerra y sus consecuencias. El Papa beatifica o canoniza a los asesinados por ser cristianos (laicos y clérigos, religiosos...), a los que con su vida y con su muerte han sido testigos de su fe. No es la ceremonia de la confusión, que pretenden los que no están de acuerdo con ella. . Todos los muertos son iguales, pero no todos murieron por la misma razón o sinrazón. . ¿Y qué podemos decir los cristianos cuando los que no piensan ni actúan como nosotros llenan nuestras calles y plazas de nombres y estatuas o recuerdos de los suyos? ¿No es una especie de beatificación o canonización civil?
La Iglesia no escenifica la venganza. Tampoco la victoria. Porque está escrito: ” La verdad os hará libres” y no la verdad os hará victoriosos.
La beatificación o canonización de unos no es ni significa la condena de otros. Tampoco se trata de un reparto de honores y condenas a partes iguales.
Los cristianos no somos ni rojos ni azules, de derechas o de izquierdas, conservadores o progresistas…solo han de ser del Evangelio o no ser nada. En consecuencia debemos perdonar a todos, también a los enemigos, a los que no nos quieren. Lo contrario es pensar y vivir como paganos. Este comportamiento, es sin duda, la mejor lección práctica que podemos realizar cada día, con el especial poder de intercesión de estos mártires que con su vida iluminaron la muerte y con su muerte iluminaron la vida.
Demos gracias a Dios por Cristo, víctima de la historia, mártir de mártires, el Testigo Fiel.

No hay comentarios: