Una nueva generación de jóvenes Católicos, con características especificas, se ha puesto en marcha esta mañana.
Una nueva generación de jóvenes apóstoles de Cristo regresan a sus lugares de origen, a sus casas, sus estudios, sus trabajos o a donde quiera que estuvieran haciendo lo que hicieran y llevan sus corazón inflamado de un nuevo o renovado Amor a Cristo.
La JMJ, el genial invento del Beato Juan Pablo II, pone periódicamente en marcha a un ejército de jóvenes enamorados de Cristo, amigos de Cristo y fieles a la Iglesia de Cristo, para que sean sus fieles imitadores, apóstoles en medio de un mundo que cada día parece alejarse de la Verdad de Cristo….En esta ocasión su sucesor, Benedicto XVI, felizmente reinante, ha sido quien ha lanzado al mundo, a estos nuevos apóstoles, de diferentes lenguas, etnias y culturas, y los ha puesto bajo un único líder: Jesucristo.
Y esta renovada legión de apóstoles de Cristo, son jóvenes del mundo que viven en medio del mundo y que están dispuestos a dar testimonio de Cristo en medio del mundo.
Característica de todos ellos: su alegría por el nuevo papel que se les ha confiado, la mirada alta, limpia y clara, el atrevimiento y la osadía manifestada en la forma de andar y de moverse…y sobre todo el Amor y lealtad a la Iglesia.
No se trata solo de los que han asistido personalmente a los diversos actos de la JMJ 2011, en Madrid, sino de la amplísima resonancia que su reunión ha tenido en todo el mundo y la eficaz repercusión que sin duda va a tener.
Cabe afirmar que desde hoy el mundo es otro.
¿Será muy atrevido decir que hemos asistido a un nuevo Pentecostés y que el Espíritu Santo ha venido sobre su Iglesia, ha derramado su Gracia sobre ella, haciendo presente a Jesucristo, en esa legión de jóvenes apóstoles?
Deo gratias.
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