sábado, 25 de octubre de 2014

Diálogo ficticio del Padre Ángel con los jóvenes de Almadén (y IV)

-Os cuento. San Juan Bosco, muy enfermo y en sus últimos meses de vida, tuvo que ir a París a que lo trataran los médicos. Fue a una parroquia del Centro de la Ciudad, y le pidió al párroco alojamiento. El párroco lo mandó a la buhardilla en el sexto piso. Cuando a los pocos meses de morir San Juan Bosco, se inició su proceso de canonización, fueron llamando a todos los que habían tenido algún contacto con él. Cuando fue llamado el párroco sólo se le ocurrió decir: “Si yo hubiese sabido que era santo no le hubiese enviado a la buhardilla al sexto piso”.
Cristo, como los santos, están entre nosotros, pero no llevan una etiqueta que diga: “Yo soy Cristo aunque me veas como un hambriento” Yo soy santo, aunque me veas con algunos defectos”.

-Yo no creo mucho en eso de que Cristo, como santos y mártires, estén entre nosotros.

-Que lo creamos o no depende de nosotros. Dios pone su presencia ante nosotros, unos la reconocen y otros, no. ¿Por qué los Reyes Magos vieron la estrella que les guió hasta Belén, y otros no la vieron?

-Eso es lo que yo me pregunto, Padre Ángel. ¿Por qué?

-Quizás porque sólo ven bien los que viven con la esperanza de ver a Dios, de ser buenos como los santos. San Pablo aconsejaba y nos aconseja que no vivamos como los que no tienen esperanza (1 Tes 4, 13). ¿Qué es una persona sin esperanza? Es un ciego de corazón, es una mente racionalista. Si escucháramos más al cielo guardando silencio quizás algún ángel nos gritaría: ¡Dios te prohíbe perder la esperanza! ¡Dios te prohíbe decir: Ya no puedo más, ya no tengo esperanza!
La Navidad es caminar hacia Belén, es decir, hacia Cristo.
Os propongo que reflexionéis sobre éstas máximas:

                                    Hoy puedo ser mejor que ayer.
Hoy puedo ser más generoso.
Hoy tomaré conciencia de todo cuanto poseo: salud, trabajo, familia, paz, alegría.

Hoy empezaré a olvidar mis errores pasados.
Hoy escucharé con atención a los que me rodean.
Hoy haré feliz a alguien.
Hoy haré todo con alegría.

Hoy no viviré en forma rutinaria.
Hoy pondré entusiasmo y alma en todo lo que haga.
Hoy disfrutaré todo lo bueno que me rodea.
Hoy diré a mi familia que los amo y necesito de ellos.

Hoy corregirás mis fallos.
Hoy no criticaré a nadie.
Hoy aceptaré las cosas y la gente como es.

Hoy no me quejaré de nada.
Hoy empezaré a ser una persona mejor que ayer...

                                                                    .- o-O-o-.

De SHEMÁ  Mártires españoles del siglo XX . Recordando al Padre Ángel.

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