Con ocasión de la celebración de la festividad de la SANTÍSIMA TRINIDAD, puede ser oportuno releer unos párrafos que sobre el MISTERIO escribió SANTO TOMAS DE AQUINO ("Doctrina Teológica" Ed. Rialp, S.A., pag 73 y siguientes):
"Una de las supremas confidencias que Dios ha hecho a los hombres ha sido revelarnos su vida familiar, el misterio de la Trinidad, el misterio de tres personas divinas en una sola divina naturaleza, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que son, sin embargo, por su unidad de naturaleza un solo Dios.
Dios desea ardientemente que nosotros conozcamos estos divinos secretos. Él nos los revela claramente aunque se hallen fuera del alcance de nuestro entendimiento. El simple conocimiento de la existencia de la Trinidad redundará necesariamente en nuestro amor a Dios, en nuestra vida misma y en el honor y respeto a los hombres que han de participar de la vida divina, ahora y por toda la eternidad.
El secreto de la Trinidad divina nos dice claramente que Dios no necesita de las criaturas para su Paternidad, ni de la creación para la expresión de su Verbo, ni de los hombres ni de los ángeles para su Amor. En la misma divinidad hay eterna Paternidad, infinito Verbo y viviente Amor. Todo lo que Dios ha realizado fuera de su divina naturaleza es obra de las tres Personas, realizada en virtud de la divina naturaleza que es común a todas ellas. Es por nuestra comodidad y por una enfática ponderación de las personalidades infinitas de la Trinidad que nosotros hablamos de las obras del poder de Dios, atribuyéndoselas, al Padre, las obras de la sabiduría como propias del Hijo y de las obras del Amor, como obras del espíritu Santo.
Conocemos, como Dios conoce, por la virtud de la fe; amamos como Él ama, por la virtud de la caridad; así, Dios está con nosotros de una manera especialisima, como objeto de conocimiento y amor; una manera especial que lleva la impronta de la dialéctica trinitaria del Conocedor, el Conocido y el Amado.
Nosotros comenzamos a sentirnos como en nuestra propia casa en la familia de Dios, cuando la Trinidad establece su hogar en la morada de nuestra alma."
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