sábado, 23 de julio de 2011

SANTIAGO EL MAYOR




Santiago, hijo de Zebedeo, Hermano de Juan. También se le conoce por Jacques y Jacobo, que deriva como es fácil entender del nombre del patriarca hebrero Jacob.

Santiago el Mayor, con Pedro y Juan, forma el grupo de los tres Apóstoles privilegiados por Jesús. Los tres asistieron en el Tabor a la Transfiguración de Jesús, una imagen de su Gloria y de su excepcional Grandeza.. Y los tres, asistieron en el Monte de los Olivos al sufrimiento agónico de Jesús y a su tremenda humillación.

Santiago el Mayor, testigo excepcional y partícipe de dos pasajes excepcionales de la vida del Redentor.

Y para no ser menos, Santiago el Mayor es Mártir. Lo cuenta San Lucas en los "Hechos..." en los primeros años de la decada de los cuarenta del siglo I, Herodes el Grande desencadenó una persecución contra los seguidores de la Iglesia de Jesús..." y mató a espada a Santiago, el hermano de Juan".

Mártir, muerto por el odio a la fe, dando testimonio de ella, como tantos y tantos otros que desde entonces y aun hoy en día fecundan con su sangre a toda la Iglesia de Cristo.

Hasta aquí los hechos históricos.

La tradición afirma que llegó hasta España y la evangelizó de tal modo y con tal fuerza que hoy, al cabo de cerca de dos mil años todavía está firme la fe que nos legó. ¡¡Gracias, Santiago!!

Y para redondear la historia, otra tradición dice que su cuerpo está enterrado en Compostela, faro de la fe y lugar de peregrinación de todos los cristianos..

Por todo ello Santiago el Mayor, ha sido Patron activo de España y le pedimos con todo fervor que siga siendolo y nos nos abandone. Amén.

¡Qué suerte para este pueblo contar con Patrón tan distinguido por la cercanía y el afecto de Jesús de Nazareth!

lunes, 18 de julio de 2011

ÁNGEL DE ALMADÉN




Ángel de Almadén

En el apartado "Noticias" de la web www.mudemo.es se da cuenta del acto celebrado el 17 de julio en Almadén en homenaje y recuerdo al que fue coadjutor de su Parroquia desde febrero del 34 hasta el 21 de septiembre de 1936 en que por odio a la fe y por dar testimonio de ella fue martirizado.

En el curso de esa celebración se lanzó la idea de que se hace ya necesario constituir una Asociación para promover el conocimiento de Ángel y su devoción y en consecuencia pedir asiduamente su intercesión para evitar cuantas amenazas, riesgos y peligros presenta la vida cotidiana. Necesariamente esa Asociación debe de constituirse en Almadén, que es donde Ángel desarrolló el breve ministerio de su condición sacerdotal y donde recibió su martirio. Y como consecuencia de esa propuesta de Asociación surge la idea de que en lo sucesivo la referencia a nuestro Siervo de Dios Ángel, la hagamos brevemente como Ángel de Almadén. Queremos que Ángel sea un patrimonio espiritual de Almadén. En Almadén

ejerció su ministerio y en Almadén, por su testimonio, alcanzó el martirio. Ahora deseamos que Almadén extienda su fama de santidad y que el esfuerzo de toda la ciudad, su tenacidad, su entusiasmo y sus oraciones, logran que en un plazo que deseamos breve, Ángel de Almadén sea glorificado.

Si así lo hacemos, pondremos a Almadén a la altura de Asis, Padua, Siena, Avila, y tantos y tantos otros lugares que acompañan en el Santoral de la Iglesia Católica a sus hijos más preclaros.

Así pues a partir de ahora....ÁNGEL DE ALMADEN

sábado, 9 de julio de 2011

¿PERDEREMOS LA MEMORIA?







¿En el siglo XX se produjo en España la más sangrienta persecución religiosa habida contra los miembros de la Iglesia Católica, desde la época del Imperio de Roma.
El martirio por odio a la Fe y por dar testimonio público de ella había dado comienzo con ocasión de la Revolución de 1934. Y en el mes de julio de 1936, hace 75 años, comenzó la etapa más sangrienta.
Algún estudioso de la época cifra en más de diez mil los mártires habidos en aquella época.
En la Diócesis de Ciudad Real según se lee en el libro “Mártires de Ciudad Real” (Edibesa 2007) del que es autor Francisco del Campo Real, Delegado Diocesano para la Causa de los Santos, se cifran los mártires en 205.
De ellos, el Obispo Narciso de Estenaga, cuatro sacerdotes diocesanos y un seglar, fueron beatificados el 28 de abril de 2006 al cabo de cinco años de iniciarse la Causa.
Anteriormente y durante el Pontificado del Beato Juan Pablo II, habían sido beatificados 37 religiosos de ambos sexos de diversas Congregaciones y se encuentran actualmente en Roma tramitándose los expedientes de otros 52 religiosos.
Por último, en el año 2000 se inicio la toma de datos biográficos de los 940 mártires de la provincia Eclesiástica de Toledo y Obispado de Ávila que constituyen la causa encabezada por el Obispo de Sigüenza-Guadalajara D. Eustaquio Nieto y Martín. La lista de todos ellos fue entregada en Roma al Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos en 2000 y el 9 de diciembre de 2003 se celebró el acto de apertura de la Causa de Canonización de esos mártires. En esos 940 están incluídos 110 de la Diócesis de Ciudad Real, desglosados en 84 sacerdotes del clero secular y 26 seglares. Y entre los sacerdotes figura el Siervo de Dios Ángel Muñoz de Morales Sánchez Cano.
En resumen, 89 sacerdotes, 89 religiosos/religiosas y 27 laicos. La lista completa de los 110 Siervos de Dios de la Diócesis de Ciudad Real, incluidos en la causa de 940 ya citada puede examinarse en el libro “Martirio en el corazón de la Mancha” (Edibesa 2009) del mismo autor citado anteriormente.
Aun cuando el número de los años transcurridos, 75, carece de cualquier significación que quiera dársele, es cierto, por otra parte que la misma Iglesia festeja y conmemora aniversarios que en muchas ocasiones sirven de recordatorio y actualizan hechos y acontecimientos notables sobre los que desea llamar la atención.
En el caso de nuestros mártires, muertos por odio a la fe y por dar testimonio de ella, el tiempo transcurre y salvo contadas excepciones, cada año se van hundiendo más en el silencio….No, no hay celebraciones de recuerdo…
Y no debe suponerse que se silencie el recuerdo por miedo ¿Por qué entonces?
En los libros que se han citado más arriba se incluyen comentarios del Cardenal Cañizares y de los Papas Beato Juan Pablo II y del Pontífice actual Benedicto XVI sobre el recuerdo que debemos a los mártires, que más que recomendaciones son verdaderos mandatos.
¿Perderemos definitivamente su memoria?

sábado, 2 de julio de 2011

HACE 75 AÑOS....







El 29 de junio, como todos los años, la Iglesia ha celebrado la festividad de los Santos Pedro y Pablo, que, además de otros títulos, fueron mártires, pues fueron muertos por causa del testimonio de su fe y murieron perdonando a los que los ejecutaban.
El 30 de junio, también como todos los años, la Iglesia ha conmemorado a los innumerables mártires habidos durante las persecuciones de los diferentes regímenes de la Roma Imperial. Efectivamente, no tienen nombre pero si se sabe que su número es incontable y que su sangre constituye la fecunda semilla de la Iglesia.
Y esas dos celebraciones dan paso al mes de julio en que recordaremos, no se sabe si todos los años, a los mártires de la persecución religiosa en España que alcanzó, hace 75, su máxima virulencia.
No hay cifras concretas y exactas, pero sí puede afirmarse que fueron cerca de diez mil, entre obispos, sacerdotes, consagrados de ambos sexos y seglares los torturados y muertos por el simple hecho de ser católicos y dar testimonio público de su fe.
Parecía que el tiempo transcurrido permitiría pensar que el perdón había cubierto con su manto protector a la tragedia y que la Iglesia Católica, más libre que nunca de trabas políticas y en uso de su soberanía ideológica podría rendir el homenaje debido a quienes no dudaron en ofrecer su vida a cambio de dar testimonio público de su fe. Efectivamente, los sacrificados murieron perdonando a sus ejecutores y, por tanto, también la Iglesia militante, todos cuantos formamos en ella, de modo semejante a aquellos, no se han cuestionado otorgar su perdón sincero a todo lo pasado.
Así se hizo posible que después de la conclusión en los últimos años del siglo XX de algunas causas, se intensificara la investigación y estudio de otras que dieron como fruto numerosas beatificaciones en los primeros años del XXI.
En especial las Congregaciones religiosas han puesto un especial celo en que los mártires de sus consagrados, entre los que por cierto hay numerosos postulantes o seminaristas que llaman más aun la atención por su juventud, hayan visto reconocido oficialmente su martirio y hayan sido elevados a los altares. Y esto tanto para las órdenes masculinas como para las consagradas femeninas.
Por el contrario todavía queda una gran mayoría de mártires, sacerdotes, seminaristas diocesanos y seglares cuyas causas progresan cada día más lentamente, los necesarios testimonios van desapareciendo, y el fervor y el entusiasmo por tales causas, aun al más alto nivel de cada Diócesis, va enfriándose paulatinamente.
Continuará el goteo de las beatificaciones pero finalmente quedará un resto al que quizás un día la Iglesia celebre su glorificación de forma global e innominada como se celebra a los mártires de la época romana.
Entretanto seguiremos tratando de extender el conocimiento de quienes nos conmovieron con su ejemplo y pediremos su intercesión para que se fortalezca nuestra fe de manera que si un día tuviéramos que dar testimonio público de ella, siguiendo su ejemplo, no dudáramos en hacerlo.
Pediremos también por los responsables de las causas de beatificación, para que encuentren las fuerzas necesarias para proseguir su dura labor y que su entusiasmo no decaiga hasta alcanzar la mayor Gloria de Dios con las beatificaciones de los mártires.