Angel Muñoz de Morales Sánchez Cano, primo segundo mío, fue consagrado sacerdote en Ciudad Real en 1933 y ejerció su ministerio como sacerdote coadjutor en la Parroquia de Santa María de la Estrella, en Almadén. El 21 de septiembre de 1936 él y cuatro laicos fueron fusilados y abandonados en una cuneta en el km 17 de la carretera de Almadén a Agudo. El delito de Ángel: ser sacerdote, tener 25 años y no ser de Almadén. Su nombre se unió así a los cerca de mil sacerdotes, religiosos de ambos sexos y laicos, que sin otro delito que la profesión de la fe, fueron martirizados. Había nacido en Daimiel, Ciudad Real, y su nombre figura en una lápida que recuerda a todos los mártires de Daimiel, expuesta en la Parroquia de Santa María la Mayor.
La Santa Sede, a instancias de la Diócesis de Ciudad Real, inicíó en su momento el proceso de beatificación de cierto número de mártires, y el hecho de haber sido admitidos como tales ha supuesto el reconocimiento como Siervos de Dios, primer paso hacia la beatificación, para luego alcanzar la canonización.
Esta es una nota que no tiene más objeto que dar a conocer a parientes, amigos o simplemente fieles de la Iglesia Católica a este Siervo de Dios, cuya beatificación deseamos se declare cuanto antes. De ese modo el baldón que para Almadén pudo representar su alevosa muerte puede convertirse en un signo de gloria.
jueves, 24 de diciembre de 2009
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