El 21 de septiembre de 1936, Ángel Muñoz de Morales Sánchez Cano, sacerdote coadjutor de la Parroquia de Nuestra Señora de la Estrella, de Almadén, fue conducido, junto con cuatro personas más, esto es, Fernando Sánchez Grande, y los tres hermanos Pedro, Gustavo y Nivardo Ruiz Ayllón Moreno, hasta el km 17 de la carretera de Almadén a Agudo, y en la cuneta fueron fusilados y sus cuerpos, cubiertos con una fina capa de tierra, quedaron allí abandonados.
Cuando habían transcurridos treinta y un meses de aquel infausto hecho, el 14 de abril de 1939, se procedió al traslado de los cadáveres al Cementerio de Almadén. Se procedió a la identificación de los tres hermanos Ruiz Ayllón y fueron entregados a sus familiares. En cambio los restos mortales de Fernando y Ángel eran difícilmente reconocibles y la técnica de la época no ofrecía para ello los medios de que hoy se dispone. El caso es que los cadáveres o los restos de estos dos fueron inhumados en una sepultura propiedad de la familia Sánchez Grande. Esta sepultura tiene como único título el de “Familia Sánchez Grande” sin que haya ninguna alusión a los otros restos que testigos de aquel momento atestiguan que en esa misma tumba fueron sepultados.
Hoy se dispone de la prueba biológica de ADN, del hermano de Ángel por lo que sería posible la identificación de sus restos y su debida inhumación en lugar perfectamente identificado.
ESTA ES LA ASIGNATURA PENDIENTE, para todos aquellos que nos hemos adherido a la memoria del Mártir. Podemos hacer dos cosas: Pedirle que nos ayude y actuar para conseguir ese objetivo.
¿Alguien puede sugerir acciones y ayudar para llevarlas adelante?
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